El término seguridad proviene de la palabra securitas del latín. Cotidianamente se puede referir a la seguridad como la ausencia de riesgo o también a la confianza en algo o alguien. Sin embargo, el término puede tomar diversos sentidos según el área o campo a la que haga referencia.La seguridad es un estado de ánimo, una sensación, una cualidad intangible. Se puede entender como un objetivo y un fin que el hombre anhela constantemente como una necesidad primaria.
Comenzar tratando el concepto básico de seguridad es prioritario para poder enfocar lo que la inseguridad supone en el individuo común. Vivímos en una época en que los significados y los significantes han cambiado a un estado en que los conceptos ya no importan mucho y se incorpora como acepciones todo lo que el imaginario creado por los medios de comunicación pueda producir.
Es así como en Santa Teresa al igual que el resto de los Valles del Tuy, del país y hasta del mundo. Los ciudadanos vivímos atrapados bajo el dominio de la inseguridad como condición que nos envuelve y nos atrapa. Todos los días podemos ver tanto en la prensa, como en la radio o la televisión reseñas sobre: atracos, robos, secuestros, homicidios por mencionar algunos de los crímenes que se cometen en nuestras sociedades.
Sociedades que fuimos contaminadas por el sistema capitalista con el virus de la violencia y la delincuencia y ahora sufrimos de la enfermedad creada "INSEGURIDAD"
Generada por la exclusión y la desigualdad como base y luego como argumento la creación de necesidades ficticias.
Es así como vemos familias sumidas en la más profunda miseria, rodeadas de lo último que la tecnología puede ofrecer, es así como invertimos algo en la manera como funcionan las cosas y terminamos pensando que es mejor tener, que cualquier otra cosa y así perdemos la dignidad, los valores, los principios y la vida en una guerra que no nos inventamos pero en la cual somos los protagonistas de todos los días.
Es así en el plano local, regional, nacional y mundial; hablar de inseguridad y no trasladarse a la realidad hondureña que no es sólo la de su pueblo sino la de los pueblos que luchamos por establecer unas relaciones, un sistema diferente al CAPITAL, nos vemos atacados al parecer por hilos invisibles. Pero no lo son son los mismos de toda la vida los que ahora mas que nunca sienten que esta crisís si puede debilitarlos más de lo que creyeron e intentan destruir todo a su paso para seguir existiendo como clase dominante de la humanidad.
Como victimas o victimarios da igual, al fin y al cabo la violencia y la delincuencia sólo sirven a los intereses de una sola clase. La burguesa que puede encerrarse entre rejas, vigilantes, guardaespaldas y grandes dispositivos de seguridad. Sin poder lograr escapar del juego que ellos mismos han inventado.
Disminuirá la violencia, la inseguridad y la delincuencia cuando comencemos a pensar: en ser humanos y producir lo necesario para vivir en armonía con el planeta y el universo. Sólo el volver a nuestras raíces nos salvará como especie y no quiere decir esto renunciar a los avances de la ciencia y la tecnología, sino colocarlos al servicio de la preservación de los seres humanos y no a su destrucción.
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